Dios que nos da hasta rebosar cuando vivimos una vida de dar

 

 

 

Deseo recibir la enseñanza que el Señor nos da al meditar en esta palabra: “Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir” (Lucas 6:38).

 

 

(1) Después de decir a sus discípulos (Lc 6:20): “Sed misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso” (v. 36), Jesús da cuatro enseñanzas a la persona misericordiosa:
(1) “No juzguéis” (v. 37),
(2) “No condenéis” (v. 37),
(3) “Perdonad” (v. 37), y
(4) “Dad” (v. 38).

(a) Al meditar en estas cuatro enseñanzas de Jesús, recordé las cuatro advertencias de “¡ay de vosotros!” que Jesús menciona en Lucas 6:24-26:
(1) “¡Ay de vosotros, los ricos…!” (v. 24),
(2) “¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados…!” (v. 25),
(3) “¡Ay de vosotros, los que ahora reís…!” (v. 25),
(4) “¡Ay de vosotros cuando todos los hombres hablen bien de vosotros…!” (v. 26).

(i) También pensé en las cuatro bienaventuranzas que Jesús proclama en Lucas 6:20-23:
(1) “Bienaventurados vosotros los pobres…” (v. 20),
(2) “Bienaventurados los que ahora tenéis hambre…” (v. 21),
(3) “Bienaventurados los que ahora lloráis…” (v. 21),
(4) “Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan por causa del Hijo del Hombre…” (v. 22).

En resumen, en Lucas 6:20-26 y 36-38, Jesús habla:
– cuatro declaraciones sobre los bienaventurados (vv. 20-23),
– cuatro declaraciones sobre los que tienen “ay” (vv. 24-26), y
– cuatro declaraciones sobre los misericordiosos (vv. 36-38).

– Los bienaventurados son:
los pobres, porque de ellos es el reino de Dios (v. 20);
los que tienen hambre, porque serán saciados (v. 21);
los que lloran, porque reirán (v. 21);
los perseguidos por causa de Jesús, porque grande es su recompensa en el cielo (vv. 22-23).

– Los que tienen “ay”:
los ricos (v. 24);
los que ahora están saciados (v. 25);
los que ahora ríen (v. 25);
aquellos de quienes todos hablan bien (v. 26).

– Los misericordiosos:
no juzgan (v. 37);
no condenan (v. 37);
perdonan (v. 37);
dan (v. 38).

Entonces surge la pregunta: ¿qué dijo Jesús en Lucas 6:27-35?

Jesús da primero ocho enseñanzas en los vv. 27-30:
– Amad a vuestros enemigos (v. 27),
– haced bien (v. 27),
– bendecid (v. 28),
– orad (v. 28),
– al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra (v. 29),
– al que te quite el manto, déjale también la túnica (v. 29),
– da a todo el que te pida (v. 30),
– y al que tome lo que es tuyo, no se lo reclames (v. 30).

Luego, en los vv. 31-35, Jesús enseña cuatro principios:
– La regla de oro: trata a los demás como quieres que te traten (v. 31),
– Amor a los enemigos (vv. 32-33),
– Dar sin esperar nada a cambio (vv. 34-35),
– Vivir como Dios: imitar la bondad y la misericordia de Dios, que es bueno incluso con los ingratos y los malos (v. 35).

(2) Hoy deseo meditar especialmente en la última de las cuatro enseñanzas dadas a la persona misericordiosa: “Dad” (v. 38).
“Dad, y se os dará… porque con la medida con que medís, se os volverá a medir” (Lc 6:38).

(a) El verbo griego “δίδωμι” (didōmi, “dar”) aparece dos veces aquí (“dad” y “se os dará”), y también aparece en Juan 3:16:
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito…”.

(i) El verbo “ἔδωκεν” (“dio”) expresa que Dios no solo entregó algo, sino que dio a su Hijo amado, enviándolo al mundo, haciéndolo hombre y ofreciéndolo como sacrificio para nuestra salvación. Esto revela el amor supremo y el sacrificio total de Dios.

Al meditar en Juan 3:16, recuerdo Romanos 8:32:
“El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con Él todas las cosas?”

El término “παρέδωκεν” (“entregó”) implica dar completamente, incluso con sacrificio, y se usa para describir la entrega de Jesús en la cruz.

(b) El mandato de Jesús “dad” (Lc 6:38) significa suplir generosamente las necesidades de otros y aprender a dar antes de esperar recibir; es una expresión concreta del amor.

(i) Hechos 20:35 dice:
“Más bienaventurado es dar que recibir”.

Este pasaje, en el que Pablo exhorta a los ancianos de Éfeso, nos recuerda que la verdadera bendición está en servir y dar, siguiendo el ejemplo de Cristo.

El mensaje central es que el cristiano debe experimentar las bendiciones del reino de Dios viviendo una vida de dar, en contraste con los valores del mundo.

(3) Cuando obedecemos el mandato de Jesús y vivimos una vida de dar, Él promete:
“Dad, y se os dará… con la medida con que medís, se os volverá a medir” (Lc 6:38).

(a) La expresión griega “μέτρον καλόν” (“buena medida”) significa dar la mayor cantidad posible, llenando hasta el borde, presionando y sacudiendo para que no quede espacio vacío. Así, la gracia que Dios nos da supera nuestras expectativas.

Esto recuerda pasajes como:
Santiago 1:5 — Dios da generosamente sin reprochar.
Efesios 3:20 — Dios puede hacer mucho más abundantemente de lo que pedimos o pensamos.

Dios es el que da en abundancia, incluso más allá de lo que imaginamos.

(b) En Lucas 6:38, la expresión “se os volverá a medir” implica que lo que damos a otros será lo que recibamos. La manera en que tratamos a los demás se convierte en el criterio por el cual somos bendecidos.

Esta enseñanza enfatiza el principio de la regla de oro: la generosidad, el perdón y la misericordia que mostramos a otros volverán a nosotros multiplicados.