La persona misericordiosa no critica ni condena,

sino que más bien perdona.

 

 

 

“No juzguen, y no serán juzgados; no condenen, y no serán condenados; perdonen, y serán perdonados.” (Lucas 6:37)

 

 

Al meditar en estas palabras, deseo recibir las enseñanzas que nos dan.

(1) Después de leer y releer el pasaje de hoy, Lucas 6:37, y luego leerlo en el texto original griego, la primera palabra que llamó mi atención fue la conjunción “Καὶ” (kai).
El significado más básico de esta palabra es “y”, “también” o “incluso”.
[“La conjunción griega ‘Καὶ’ (kai) se usa básicamente con el significado de ‘y’, ‘también’ o ‘incluso’. Sirve para unir sustantivos, verbos o frases, puede indicar continuidad temporal y, según el contexto, puede interpretarse con diversos matices como énfasis o contraste. Es una conjunción muy importante.” (internet)]

(a) Aunque la Biblia en coreano no traduce esta palabra griega y la omite, yo no pude simplemente pasarla por alto. La razón es que considero que esta conjunción “Καὶ” (kai) está relacionada con el versículo 36: “Sean misericordiosos, así como su Padre es misericordioso.”

(i)  Es decir, Jesús dijo a Sus discípulos: “Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso” (v. 36), y “no juzguen… no condenen… perdonen…” (v. 37).

  • Expresándolo con más detalle desde el texto griego:
    “Conviértanse en personas misericordiosas, así como su Padre es misericordioso” (v. 36).
    “Y no juzguen… no condenen… perdonen…” (v. 37).

(b) Lo interesante es que en el texto griego de Lucas 6:37 la conjunción “Καὶ” (kai) aparece cinco veces:

“Y no juzguen, y entonces no serán juzgados.
Y no condenen, y entonces no serán condenados.
Perdonen, y entonces serán perdonados.”

(i)  De estas cinco apariciones de “Καὶ”, dos significan simplemente “y” y no se traducen en la Biblia coreana, mientras que las otras tres se traducen como “entonces”.

  • Aunque el significado básico de “Καὶ” es “y”, “también” o “incluso”, dependiendo del contexto puede entenderse como una conexión condicional o consecuente, equivalente a “entonces” o “y si hacen esto…”.
    Por ejemplo, Filipenses 4:6–7:
    “No se angustien por nada, sino presenten sus peticiones a Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias” (v. 6), entonces,
    “la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús” (v. 7).

(c)  Por eso, al meditar en el primer “Καὶ” de Lucas 6:37 y conectarlo con el versículo 36, traduje el pasaje centrándome en el texto griego de la siguiente manera:

(i)  “Sean personas misericordiosas, como su Padre es misericordioso” (v. 36).
“Y no juzguen, entonces no serán juzgados.
Y no condenen, entonces no serán condenados.
Perdonen, entonces serán perdonados” (v. 37).

  • De este modo, al relacionar Lucas 6:37 con el versículo 36, puedo resumir las palabras de Jesús así:

    • “Sean misericordiosos” (v. 36).

    • “No juzguen” (v. 37).

    • “No condenen” (v. 37).

    • “Perdonen” (v. 37).

  • Y en el versículo 38, que meditaré mañana, Jesús también dice: “Den”.

(2)  En segundo lugar, al leer y releer Lucas 6:37, medito en estas palabras de Jesús:
“(Y) no juzguen (κρίνετε), entonces no serán juzgados (κριθῆτε).”

(a)  El primer pasaje que viene a mi mente es Mateo 7:1–2:
“No juzguen, para que no sean juzgados. Porque con el juicio con que juzgan, serán juzgados…”

(i)  Aquí me interesé por la palabra griega “κρίνω” (krinō), que significa “juzgar”. Es un término jurídico que significa “determinar completamente lo correcto y lo incorrecto”, “juzgar”, “condenar” o “declarar culpable”. Este es un ámbito que pertenece únicamente a Dios.

  • Esta palabra va más allá de una simple crítica y conlleva el sentido fuerte de juicio o condena.

  • Al meditar en esta palabra, también reflexiono en que solo Dios es el Juez:
    “El Juez de toda la tierra” (Génesis 18:25),
    “El Señor es el Juez” (Jueces 11:27),
    “Dios es el Juez” (Salmo 75:7),
    “Dios, el Juez de todos” (Hebreos 12:23).

    Dios, el Juez, juzgará todas nuestras obras, incluso las ocultas (Eclesiastés 12:14).

  • Juicio divino versus juicio humano:
    Jesús enseñó que el juicio final pertenece solo a Dios (Mateo 10:28), y por eso prohibió a Sus discípulos juzgar a los demás (Lucas 6:37). Los tribunales humanos pueden errar, pero el juicio de Dios es perfecto, justo y definitivo. Esta tensión se resuelve en la cruz, donde el Hijo sin pecado cargó con el juicio por los pecados del mundo (Romanos 8:3).

(b)  Romanos 2:1–3 nos enseña que quien juzga a otros se condena a sí mismo.

Romanos 14:1–4, 10 y 13 exhorta a no juzgarnos unos a otros, pues todos compareceremos ante el tribunal de Dios.

Santiago 4:11–12 nos recuerda que solo hay un Legislador y Juez, Dios mismo.

(3)  En tercer lugar, medito en estas palabras de Jesús:
“No condenen (καταδικάζετε), entonces no serán condenados (καταδικασθῆτε).”

(a)  Pienso en Romanos 8:33–34:
“¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condena?”

  • La palabra griega “καταδικάζω” significa “declarar culpable” o “pronunciar una sentencia de condena”.

  • Jesús denunció la hipocresía de condenar a los inocentes (Mateo 12:7) y advirtió que nuestras palabras pueden condenarnos (Mateo 12:37).

  • Aplicación: Si somos personas misericordiosas como nuestro Padre, no debemos condenar a los inocentes. Nadie puede condenar a quienes Dios ha justificado.

  • La enseñanza de Cristo:
    “No juzguen… no condenen” no promueve el relativismo moral, sino que llama activamente a practicar la misericordia, imitando la paciencia de Dios antes del juicio final.

(4)  Finalmente, medito en estas palabras:
“Perdonen (ἀπολύετε), entonces serán perdonados (ἀπολυθήσεσθε).”

(a)  La palabra griega “ἀπολύω” significa “soltar”, “liberar”, “dejar ir”, “perdonar”. Perdonar es liberar a alguien de una deuda o culpa.

Esto se ilustra en la parábola del siervo que debía diez mil talentos (Mateo 18:21–35). El rey le perdonó toda la deuda, pero ese siervo no quiso perdonar a su compañero que le debía poco. Tal persona no es digna de orar:
“Perdona nuestros pecados, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden” (Mateo 6:12).

  • Jesús dice claramente en Lucas 6:37 que si no perdonamos, no seremos perdonados.

(b)  Reflexiones sobre el perdón:

  1. El Señor es misericordioso y perdonador (Daniel 9:9–10).

  2. El Dios que perdona ama incluso a Sus enemigos y nos llama a amar de la misma manera.

  3. Porque el Señor perdonará todos sus pecados (Jeremías 50:17–20).

  4. El que ha sido perdonado por amor y verdad perdona a otros y vive en paz (Proverbios 16:6–7).

  5. Oremos por un perdón anticipado, como Jesús y Esteban perdonaron antes de que otros se arrepintieran.

  6. En los últimos tiempos faltará el amor y el perdón (2 Timoteo 3).

  7. Si no perdonamos a otros, Dios no nos perdonará (Mateo 6:12, 15).

  8. Negarse a perdonar y seguir odiando es como asesinato (1 Juan 3:15).

  9. No “nunca perdonaré”, sino perdonar hasta la muerte, como Jesús en la cruz.