Los hijos deben ser criados “de acuerdo con el doble mandamiento de Cristo.”

 

 

 

“Después de haber cumplido todo lo prescrito por la ley del Señor, regresaron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño crecía y se fortalecía, se llenaba de sabiduría, y la gracia de Dios estaba sobre él.” [(Versión Contemporánea en Inglés) “Después de cumplir todos los ritos requeridos por la ley, los padres del niño regresaron a su ciudad natal de Nazaret en Galilea. El niño creció fuerte y estaba lleno de la gracia de Dios.”] (Lucas 2:39–40). Deseo recibir las enseñanzas que se me dan al meditar en este pasaje.

 

 

(1) La Biblia dice que los padres del niño Jesús “cumplieron todo lo prescrito por la ley del Señor y regresaron a su ciudad en Galilea, Nazaret” (Lc. 2:39), y aquí la frase “todo” se refiere a todos los “ritos de purificación” (v. 22).

(a) Subieron a Jerusalén para realizar los ritos de purificación “según la ley de Moisés” para el niño Jesús al octavo día, cuando fue circuncidado (v. 21), entraron en el templo de Jerusalén (v. 27) y ofrecieron el sacrificio —un par de tórtolas o dos pichones— “como está escrito en la ley del Señor” (v. 23).

(i) Al meditar en este pasaje, pienso que los padres del niño Jesús eran personas que vivían “de acuerdo con la ley del Señor.” La razón es que, en las declaraciones de la Escritura acerca de ellos, aparecen frases como “según la ley de Moisés” (v. 22), “como está escrito en la ley del Señor” (v. 23), “como la ley del Señor ha prescrito” (v. 24), “según la costumbre de la ley” (v. 27) y “de acuerdo con la ley del Señor” (v. 39).

· Al reflexionar sobre cómo los padres del niño Jesús cumplieron todos los deberes o requisitos legales de la ley para él, fui llevado a meditar en las palabras del Señor: “No penséis que he venido para abolir la ley o los profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir” (Mt. 5:17).

  • “Que Jesús haya venido a ‘cumplir’ la ley no significa que vino para abolirla, sino que vino para realizar y completar el significado original de la ley. Jesús cumplió plenamente en su corazón la voluntad de Dios contenida en la ley —la justicia, la misericordia y el amor— y, superando las limitaciones humanas, satisfizo las demandas de la ley. Por medio del sacrificio de la cruz, satisfizo los requisitos de la ley, y al imputar su justicia a los creyentes hizo posible la salvación de los pecadores que no pueden cumplir la ley” (Internet).

n Por lo tanto, no obtenemos la salvación guardando la ley; más bien, somos salvos solo por la fe en Jesús, quien cumplió y satisfizo las demandas de la ley.

  • Habiendo cumplido la ley mosaica del Antiguo Testamento mediante su muerte sacrificial en la cruz, Jesús dio al pueblo del nuevo pacto el doble mandamiento de Cristo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente” y “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mt. 22:37, 39).

n Por lo tanto, como pueblo del nuevo pacto, debemos hacer todas las cosas de acuerdo con el doble mandamiento de Cristo, y debemos completar todas esas cosas con amor hasta el fin. La razón es que Jesús nos amó hasta el fin, incluso hasta morir en la cruz, para el perdón (expiación) de nuestros pecados y para nuestra salvación (Jn. 13:1).

(2) La Escritura dice que el “niño” Jesús “crecía y se fortalecía, se llenaba de sabiduría, y la gracia de Dios estaba sobre él” (Lc. 2:40). Al meditar en este versículo, me recuerda la primera parte de Lucas 1:80, sobre la cual ya había meditado: “El niño crecía y se fortalecía en espíritu….”

(a) Comparando estos dos versículos acerca del niño Jesús y del niño Juan el Bautista, el punto en común es que Dios hizo que tanto el niño Jesús como el niño Juan crecieran física y espiritualmente en la gracia de Dios. Sin embargo, una diferencia es que solo del niño Jesús dice explícitamente la Escritura que “se llenaba de sabiduría, y la gracia de Dios estaba sobre él” (2:40).

(i) Aquí se dice que el niño Jesús estaba “lleno de sabiduría”, y en Lucas 2:52 también se dice que “Jesús crecía en sabiduría….”

(ii) También, aquí dice que “la gracia de Dios estaba sobre él” (v. 40), y en el v. 52 dice que “crecía en gracia para con Dios y con los hombres” [(Versión Contemporánea en Inglés) “era cada vez más amado por Dios y por las personas”].

· Según Hokmah, la expresión “la gracia de Dios estaba sobre él” (v. 40) significa crecimiento espiritual, indicando que Jesús, aun siendo niño, era una persona dotada de sabiduría y gracia, y fue muy superior a Juan el Bautista (Hokmah).

· Hokmah también dice que la afirmación “crecía en gracia para con Dios y con los hombres” (v. 52) indica que la vida de Jesús —sirviendo a Dios, obedeciendo la ley, honrando a sus padres, amando a sus hermanos, cuidando y ayudando a su prójimo— lo hacía inevitablemente amado tanto por Dios como por las personas (Hokmah).

(3) Al meditar hoy en Lucas 2:39–40, recibo dos enseñanzas:

(a) La primera enseñanza es que los padres, como los padres del niño Jesús que lo criaron “de acuerdo con la ley del Señor,” deben criar a nuestros hijos preciosos y honorables —a quienes Dios nos ha dado como un regalo de gracia— “de acuerdo con el doble mandamiento de Cristo.”

(b) Por lo tanto, la segunda enseñanza es que nuestros hijos deben crecer física y espiritualmente, floreciendo en la gracia de Dios, fortaleciéndose y llenándose de sabiduría, y llegando finalmente a ser hijos amados por Dios y por las personas.