¡No teman y recuerden!
“Si dijeres en tu corazón: Estas naciones son más numerosas que yo, ¿cómo podré echarlas fuera? No las temas; te acordarás bien de lo que hizo Jehová tu Dios con Faraón y con todo Egipto, las grandes pruebas que vieron tus ojos, y los signos y maravillas, la mano fuerte y el brazo extendido con el cual Jehová tu Dios te sacó; así hará Jehová tu Dios con todos los pueblos de los cuales tú temes” (Deuteronomio 7:17-19).
Cuando enfrentamos grandes dificultades y adversidades en nuestras vidas, a veces nos sentimos desanimados, preocupados y temerosos. A menudo, nos vemos tan abrumados por los problemas que no sabemos qué hacer. En ese momento, Dios nos habla. Él nos habla a través de las Escrituras, y Su mensaje es claro: “No teman, recuerden”.
En el versículo de hoy, Deuteronomio 7:17, vemos que Dios, a través de Moisés, sabía lo que estaba pasando en el corazón del pueblo de Israel. Ellos temían porque las naciones cananeas eran más numerosas que ellos, y se preguntaban cómo podrían expulsarlas. Esta preocupación era comprensible porque después de escuchar los malos informes de los diez espías (Números 13:32; 14:36) y ver la enorme oposición, comenzaron a lamentarse y a culpar a Moisés y Aarón (Números 14:1). Habían sido testigos de lo grandes y poderosas que eran las ciudades y pueblos de Canaán, con muros altos que llegaban hasta el cielo (Deuteronomio 9:1-2). Por tanto, estaban llenos de temor y desesperación, preguntándose cómo podrían enfrentar tal desafío (Deuteronomio 7:17).
Sabía que ellos sentían miedo y desesperanza, por lo que les dijo que no temieran a las naciones de Canaán y que recordaran algo muy importante. ¿Qué fue lo que Dios les pidió que recordaran?
Primero, les pidió que recordaran todo lo que Él había hecho en Egipto.
Vuelvan a leer Deuteronomio 7:18-19: "No las temas; te acordarás bien de lo que hizo Jehová tu Dios con Faraón y con todo Egipto, las grandes pruebas que vieron tus ojos, y los signos y maravillas, la mano fuerte y el brazo extendido con el cual Jehová tu Dios te sacó; así hará Jehová tu Dios con todos los pueblos de los cuales tú temes".
Dios les pidió que recordaran las poderosas obras que Él hizo en Egipto: los grandes milagros, las señales, los prodigios, y el brazo fuerte y extendido con el cual los sacó de la esclavitud. Les recordó cómo, a pesar de su sufrimiento, Él los rescató con gran poder. ¿Por qué les pidió que recordaran esto? Porque Él haría lo mismo con las naciones de Canaán. Si Dios lo hizo en el pasado, lo haría de nuevo, porque Él es fiel. Por eso, Dios les dijo que no temieran a los pueblos de Canaán (Deuteronomio 7:18, 21), ya que Él, el Dios grande y temible, estaría con ellos (Deuteronomio 7:21).
El gran y temible Dios está con nosotros. Por lo tanto, no debemos temer las dificultades y adversidades que enfrentamos, sino más bien debemos temer a Dios, quien tiene el control de todas las cosas. Debemos recordar Sus obras en nuestras vidas, cómo Él nos ha rescatado y guiado a través de nuestras dificultades pasadas. Y debemos tener la plena confianza de que el mismo Dios que nos libró en el pasado, nos librará y nos guiará en las dificultades que enfrentamos hoy.