La Comunidad Victoriosa de Fe, Amor y Esperanza
“Siempre damos gracias a Dios por todos ustedes, mencionándolos en nuestras oraciones. Ante nuestro Dios y Padre, recordamos continuamente su obra realizada por la fe, su arduo trabajo motivado por el amor, y su constancia sostenida por la esperanza en nuestro Señor Jesucristo.” (1 Tesalonicenses 1:2-3)
Hoy, al ofrecer juntos este culto de acción de gracias por el 30º aniversario de nuestra Iglesia Presbiteriana Victoria, deseo que aprendamos, basándonos en el pasaje de hoy, cómo debe ser la comunidad victoriosa que el Señor edifica. Lo haré en tres puntos principales.
Primero, nuestra comunidad victoriosa debe ser una comunidad de fe.
¿Qué es verdaderamente una comunidad de fe?
Es una comunidad que escucha la Palabra de Cristo.
Miremos Romanos 10:17: “Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo.” La fe viene por el oír, y el oír por la Palabra de Cristo.
Deseo que nuestra comunidad victoriosa sea una iglesia en la que la fe crezca por medio de escuchar la Palabra de Jesucristo.
Y como fruto de esa fe creciente, nuestra Iglesia Victoria debe mantenerse firme aun en medio de muchas tribulaciones (1 Tes. 3:3).
La comunidad de fe, al igual que la iglesia de Tesalónica en el pasaje de hoy, es una iglesia que recibe la Palabra de Dios con gozo del Espíritu Santo, incluso en medio de mucha aflicción.
Leamos 1 Tesalonicenses 1:6: “Ustedes llegaron a ser imitadores nuestros y del Señor, pues, a pesar de mucho sufrimiento, recibieron la palabra con el gozo que infunde el Espíritu Santo.”
La fe de los creyentes en Tesalónica era tan notoria que se difundió por todas partes (v.8).
Así también, deseo y bendigo en el nombre de Jesús que nuestra Iglesia Victoria dé frutos visibles de fe, y que el testimonio de fe de todos nuestros miembros se difunda no solo en esta ciudad donde vivimos, sino en cualquier lugar donde vayamos.
Segundo, nuestra comunidad victoriosa debe ser una comunidad de amor.
¿Y qué es una verdadera comunidad de amor?
Es una comunidad que se ama mutuamente con el amor de Jesucristo.
Una comunidad de amor es aquella que se acepta mutuamente con el amor de Jesús.
Veamos Romanos 15:7: “Por tanto, acéptense mutuamente, así como Cristo los aceptó a ustedes para gloria de Dios.”
Nuestra Iglesia Victoria debe ser una iglesia que preserve la unidad en medio de la diversidad.
Aunque somos de diferentes etnias, culturas y lenguas, estamos unidos por la preciosa sangre de Jesucristo.
Para mantener esta unidad en la iglesia, debemos aceptarnos mutuamente así como Jesús nos aceptó a nosotros.
Además, una comunidad de amor es aquella donde nos consolamos, exhortamos y también advertimos unos a otros en amor.
Leamos 1 Tesalonicenses 2:11-12:
“Bien saben que a cada uno de ustedes lo tratamos como trata un padre a sus propios hijos: los exhortamos, los alentamos y les insistimos en que lleven una vida digna de Dios, que los llamó a su reino y gloria.”
Pablo, junto con sus colaboradores Silvano y Timoteo (1:1), sirvió a la iglesia de Tesalónica como un padre que exhorta, consuela y advierte a sus hijos.
Así también, nuestra comunidad victoriosa debe ser una comunidad que se ama exhortándose, consolándose y advirtiéndose mutuamente en amor.
Que nuestra iglesia, como la iglesia de Tesalónica, reciba la enseñanza directa de Dios sobre el amor fraternal, y que seamos edificados cada vez más como una verdadera comunidad de amor donde todos nos amemos los unos a los otros (4:9).
Lo declaro en el nombre de Jesús.
Tercero, nuestra comunidad victoriosa debe ser una comunidad de esperanza.
¿Y qué es una comunidad de esperanza?
Es una comunidad que espera el regreso de Jesucristo.
Veamos 1 Tesalonicenses 1:10:
“Esperan del cielo a su Hijo, a quien resucitó de entre los muertos: Jesús, quien nos libra del castigo venidero.”
La iglesia de Tesalónica era una comunidad que esperaba la segunda venida de Jesús.
Por eso, Pablo en su carta a ellos, en el capítulo 4:13, habló acerca de “los que duermen”, es decir, aquellos que han muerto en Cristo.
¿Y por qué?
Para que los creyentes no se entristecieran como los que no tienen esperanza (v.13).
También Pablo les habló acerca de “los tiempos y las ocasiones” (5:1ss), con el propósito de prepararlos para el regreso de Cristo.
Y así les dijo:
“Por tanto, no durmamos como los demás, sino permanezcamos despiertos y sobrios. Los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan. Nosotros, que somos del día, seamos sobrios, vistiéndonos con la coraza de la fe y del amor, y con el casco de la esperanza de salvación.” (v.6-8)
Deseo y bendigo en el nombre de Jesús que nuestra Iglesia Victoria también sea una comunidad que espera y se prepara para la segunda venida de Cristo, como lo hizo la iglesia de Tesalónica.
La comunidad victoriosa que el Señor establece es una comunidad de fe, de amor y de esperanza.
Oro para que el Señor edifique Su iglesia —Su cuerpo— como una comunidad cuya fe sea conocida en todas partes.
Oro para que la Iglesia Victoria sea una comunidad en la que no falte el amor, siguiendo la Palabra de Dios y amándose mutuamente.
Y oro también para que nuestra Iglesia Presbiteriana Victoria sea una comunidad de esperanza que espera y se prepara para el regreso de nuestro Señor Jesucristo.