Un pastor que recibe gracia de los incrédulos
“Pero ellos remaban con todas sus fuerzas para devolver el barco a tierra, pero el mar se agitaba
cada vez más contra ellos, y no pudieron” (Jonás 1:13).
Una vez, después de orar a Dios y predicar Su palabra, tuve una revelación que escribí. Esa revelación es que Dios, a través de Jonás, quien estaba desobedeciendo, permitió que recibiera gracia de los marineros gentiles, que eran incrédulos; y el propósito fue que Jonás aprendiera que “Dios es misericordioso”, para que Jonás también fuera formado como un siervo del Señor capaz de mostrar gracia como su Dios.
¿Cómo hizo Dios para que Jonás, que estaba desobedeciendo, recibiera gracia de los marineros gentiles incrédulos? Podemos ver en Jonás 1:13 que los marineros mostraron gracia hacia Jonás. Jonás, sabiendo que ellos enfrentaban una gran tormenta por su culpa, les dijo “Levántame y échadme al mar” (v.12), pero en vez de arrojarlo, los marineros trataron con todas sus fuerzas de salvarlo remando hacia la tierra (v.13). ¿Por qué esto es gracia? Desde el punto de vista de los marineros, que estaban en peligro de muerte porque la tormenta casi destruye el barco, lo lógico hubiera sido lanzar a Jonás al mar. Piénsalo: si un pastor causa problemas y pone en peligro a todos los que lo acompañan, y ese pastor dice “lánzame al mar”, ¿qué harían normalmente los incrédulos? Seguramente lo culparían y lo lanzarían al mar. Pero si en vez de eso, intentan salvarlo remando con fuerza hacia tierra, ¿no es eso gracia? Los marineros gentiles mostraron gracia al profeta Jonás, siervo del Señor. ¿No te parece algo diferente? ¿No debería ser lo normal que un siervo del Señor mostrara gracia hacia los incrédulos? ¿Por qué Dios permitió que Jonás, que vivía una vida desobediente y anormal, recibiera gracia de los incrédulos marineros? Yo creo que ahí está el amor y la gracia maravillosos de Dios. Dios estaba enseñando a Jonás que Él es un Dios misericordioso. Por eso quería que Jonás mostrara gracia a los habitantes de Nínive, la capital de Asiria, enemigos de Israel.
Pero la pregunta es: ¿Realmente Jonás sabía en su corazón que su Dios era un Dios misericordioso y por eso mostró gracia a los ninivitas? La respuesta parece “sí”, pero en realidad es “no”. Después de orar dentro del gran pez (Jonás 2), y tras recibir salvación (v.9-10), Dios le dio una segunda oportunidad (3:1) para ir a Nínive (v.3), y allí predicó que la ciudad sería destruida en cuarenta días (v.4), lo que parece mostrar que Jonás estaba mostrando gracia a Nínive. Sin embargo, en Jonás capítulo 4, al ver que Dios no destruyó a Nínive porque el rey y la gente se arrepintieron (3:10), Jonás se enojó mucho (4:1) y oró a Dios diciendo:
“Señor, ¿no es esto lo que dije cuando aún estaba en mi tierra? Por eso huí a Tarsis, porque sabía que eres misericordioso y compasivo, lento para la ira y grande en amor, y que te arrepientes del castigo. Ahora, Señor, te ruego que me quites la vida, pues prefiero morir a vivir” (4:2-3).
Este clamor muestra que Jonás parecía saberlo con la cabeza, pero no lo aceptaba con el corazón. En otras palabras, como siervo de Dios, Jonás no reflejaba el corazón misericordioso de Dios. Por eso no solo detestó que Dios perdonara a Nínive, sino que estaba tan enojado que prefería morir. Su enojo no era apropiado delante de Dios (v.4). Aun así, Dios mostró gracia a Jonás, el siervo desobediente, y hasta a través de los marineros gentiles mostró su gracia. Pero Jonás no quiso mostrar gracia a Nínive y se enojó cuando Dios les dio una segunda oportunidad. ¡Qué siervo tan egoísta, que no entendía la gracia de Dios!
Cada vez que pienso en Jonás, veo mi propio reflejo: un pastor desobediente, pero Dios sigue mostrándome gracia a través de creyentes e incrédulos que me rodean. En especial, la gracia y el amor que he recibido a través de mis amigos incrédulos son inmensos y no puedo retribuirlos. Por eso solo oro una y otra vez por ellos. ¿Por qué Dios me muestra gracia incluso a través de estos amigos? Porque Dios quiere enseñarme que “Él es misericordioso” y quiere formarme como un siervo que imite ese corazón misericordioso y sepa mostrar gracia. ¿No es esta la gracia de Dios?
Viviendo hoy por la gracia completa de Dios,
Pastor James Kim comparte
[“Oh, por la gracia de Dios, no sé por qué Él salva a este inútil” (Himno coreano n°310, estrofa 1)]