Al reflexionar en las palabras:
“El traidor les había dado esta señal: ‘Al que yo bese, ése es; arréstenlo y llévenselo bien sujeto’. Tan pronto como llegó, Judas se acercó a Jesús y le dijo: ‘¡Maestro!’ Y lo besó. Entonces ellos prendieron a Jesús” (Marcos 14:44–46, Biblia en Lenguaje Actual), queremos recibir la enseñanza que el Señor nos da:

(1) ¿Por qué Judas Iscariote, que iba a traicionar y entregar a Jesús, preparó de antemano una señal?
Quizá porque en aquel tiempo no existía la fotografía, y en medio de la oscuridad de la noche, entre los densos olivos, identificar con certeza a una persona buscada no era tarea fácil. Por eso, Judas acordó previamente una señal con la multitud, para que pudieran arrestarlo sin errores tan pronto como llegaran al lugar (Comentario Hokma).

(2) ¿Por qué esa señal fue precisamente un beso?
En la cultura judía de la época, el beso era un gesto común de respeto y afecto, una forma de saludo habitual (2 Samuel 20:9). Al usar ese saludo normal como señal secreta para arrestar a Jesús en la oscuridad, el beso se convirtió tristemente en símbolo de traición e hipocresía.
Probablemente, la multitud que vino con Judas no era la misma que había escuchado a Jesús durante su entrada triunfal en Jerusalén. Por eso, era necesaria una forma de identificarlo con certeza (Comentario Hokma).

(a) Es interesante notar que, en la relación entre maestro y discípulo, rara vez el discípulo toma la iniciativa de besar al maestro, ya que no están en un plano de igualdad. Por tanto, el beso de Judas significó la ruptura definitiva de su relación con Jesús como Maestro y discípulo, e incluso puede interpretarse como un acto de insulto o desprecio (Comentario Hokma).

(i) Esta escena recuerda un evento en los tiempos del rey David, cuando Joab fingió saludar con un beso a Amasá y lo apuñaló para matarlo (2 Samuel 20:9-10).  Este tipo de comportamiento "Janoico" (de Janus) —es decir, de doble cara— es típico de los malvados dominados por Satanás: proclaman paz, justicia y amor por fuera, pero por dentro traman destrucción, injusticia y codicia (2 Corintios 11:13–15) (Comentario Hokma).  Aquí, el término "Janoico" proviene de Jano, el dios romano de las dos caras, y se usa para describir una realidad con doble naturaleza, opuesta o contradictoria: una apariencia externa que oculta una intención interior diferente o incluso contraria (fuente: internet).