Al reflexionar en las palabras:
“Volvió por tercera vez y les dijo: ‘¿Todavía estáis durmiendo y descansando? ¡Basta ya! Ha llegado la hora. Mirad, el Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. ¡Levantaos, vamos! ¡Mirad, ya se acerca el que me traiciona!’” (Marcos 14:41-42), queremos recibir la enseñanza que el Señor nos da:

(1) En Mateo 26:44 leemos que Jesús “los dejó (a Pedro, Juan y Jacobo) y fue de nuevo a orar por tercera vez, repitiendo las mismas palabras”. Fue después de esta tercera oración que regresó a ellos.

(2) Las tres oraciones de Jesús destacan:
(a) la intensidad de su súplica,
(b) la urgencia de la situación de crisis que lo llevó a orar así,
y (c) la absoluta y activa obediencia de Jesús hacia el Padre.
Además, nos muestran implícitamente la importancia de la oración misma (Comentario Hokma).

(3) La expresión “Ahora podéis dormir y descansar. ¡Basta ya!” parece indicar que la hora del sufrimiento se había acercado tanto que ya era demasiado tarde para ganar fuerzas mediante la oración o para prepararse para la prueba que se avecinaba; por tanto, ya no importaba si dormían (Comentario Hokma).

(4) La frase “Ha llegado la hora” significa que Jesús ya se encontraba en el momento del sufrimiento más amargo, cuando sería entregado en manos de sus enemigos (Comentario Hokma).

(5) En la declaración “Mirad, el Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los pecadores”, la palabra pecadores no se refiere únicamente a Judas Iscariote, quien lo traicionó, sino que incluye también a los miembros del Sanedrín, los líderes del pueblo, la multitud en general y las autoridades romanas (Comentario Hokma).

(6) Cuando Jesús dice “¡Levantaos, vamos!”, demuestra que no huye de la sombra de la muerte, sino que la enfrenta con valentía (Juan 18:4). Y también exige esa misma actitud decidida a los tres discípulos.
Esta actitud firme y valiente de Jesús es una expresión de su sumisión total a la voluntad del Padre (Comentario Hokma).