Después de orar nuevamente con las mismas palabras, Jesús regresó y encontró a sus discípulos dormidos otra vez, muy cansados. Al verlo, no sabían qué decirle (Marcos 14:39-40, Biblia en Lenguaje Actual). Me gustaría meditar un poco en esta Palabra:

(1) Lucas lo registró de la siguiente manera: “Jesús fue por segunda vez y oró diciendo: ‘Padre, si esta copa no puede ser quitada a menos que yo la beba, hágase tu voluntad’. Luego volvió y los encontró dormidos otra vez, pues estaban muy cansados” (Lucas 22:42-43, Biblia en Lenguaje Actual).

(a) Según Marcos, la segunda oración de Jesús fue “con las mismas palabras”, pero según Mateo, la segunda oración de Jesús fue algo diferente de la primera. En su primera oración, Jesús rogó diciendo: “Padre mío, si es posible, líbrame de este trago amargo…” (Mateo 26:39, Biblia en Lenguaje Actual). Pero en su segunda oración, rogó diciendo: “Padre mío, si no es posible evitar que yo lo beba, hágase tu voluntad…” (v. 42, Biblia en Lenguaje Actual). Es decir, al comparar la primera y la segunda oración de Jesús, se nota un cambio en su actitud frente al sufrimiento que le esperaba.

(i) En su primera súplica, como ser humano, Jesús expresó con angustia su deseo de que, si existía otra manera dentro del plan divino que no implicara su muerte, se realizara esa otra opción. Pero en su segunda súplica, ya no había conflicto humano: Jesús había llegado a la certeza de que beber la copa del sufrimiento era absolutamente necesario (Comentario Hokma). En esta segunda oración, Jesús muestra una total negación de sí mismo y una obediencia perfecta (Comentario Hokma).

· Así, en su primera súplica, Jesús dijo: “… pero no sea lo que yo quiero, sino lo que tú quieras” (v. 39, segunda parte), pero en la segunda súplica dijo simplemente: “… hágase tu voluntad” (v. 42, segunda parte).

– Aquí, “hágase tu voluntad” coincide con la expresión usada en el Padre Nuestro (Mateo 6:10). En el texto griego original aparece como “Genēthētō to thelēma sou” (γενηθήτω τὸ θέλημά σου), que significa “sea hecha tu voluntad”. De cualquier modo, esta oración representa la obediencia absoluta del Hijo al Padre (Filipenses 2:8) y se convierte en el modelo y fundamento de toda oración dentro de la comunidad de Jesús. De hecho, aunque era el Hijo de Dios, Jesús fue el mejor ejemplo de obediencia a lo que Él mismo enseñó (Comentario Hokma).

n El himno número 549 del nuevo himnario coreano, “Según tu voluntad, oh Señor”, fue escrito por Benjamin Schmolck (1672–1737), un pastor luterano alemán. Escribió la letra de este himno en un momento de sufrimiento más difícil que la muerte misma. En 1704, a la edad de 32 años, regresó a casa después de visitar a miembros de su iglesia y encontró su casa completamente quemada, y a sus dos hijos muertos, carbonizados. Después de clamar con gran dolor, tuvo una visión del Señor orando en el Huerto de Getsemaní, lo que lo inspiró a escribir el himno "Mein Jesu, wie du willst" ("Mi Jesús, hágase tu voluntad"). La última línea de la tercera estrofa, “Viva o muera, hágase tu voluntad”, es su confesión de fe (fuente: internet).